miércoles, 3 de febrero de 2016

TAO TE KING - 64

TAO TE KING - LXIV

Lo que aún está quieto es fácil de coger.
Lo que aún no se manifiesta es fácil de tener en cuenta.
Lo que aún es frágil se puede quebrar con facilidad.
Lo que aún es pequeño se puede dispersar fácilmente.
Hay que influir en lo que no existe todavía.
Hay que ordenar lo que aún no está desordenado.
Un árbol cuyo grosor es de una braza,
nace de un tallo fino como un cabello.
Una torre de nueve plantas
no se levantará con un montículo de tierra.
Un viaje de mil millas
empieza con un solo paso.
Actuar es estropear.
Retener es perder.

El Sabio no actúa, y así no estropea nada.
No se aferra, y nada pierde.
La gente se ocupa de sus asuntos,
y siempre, poco antes de acabar,
lo estropean todo.
Si se cuidara tanto el final como el principio,
no habría asuntos arruinados.

Lo que el Sabio desea es no tener deseos.
No valora los bienes de difícil alcance,
aprende el No-aprender.
Se vuelve y ve aquello en que la gente no repara.
Así, favorece el curso natural de las cosas,
y no se arriesga a actuar.


(Lao Tsé, traducción de R. Wilhelm)

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