TAO TE KING - XXXIX
De
los que alcanzaron el Uno.
El
Cielo alcanzó el Uno, purificándose.
La
Tierra alcanzó el Uno, y cristalizó.
Los
Dioses alcanzaron el Uno, y se hicieron poderosos.
El
Valle alcanzó el Uno, y se llenó.
Todas
las cosas alcanzaron el Uno, y nacieron.
Los
reyes y príncipes alcanzaron el Uno,
y
se convirtieron en modelos para el mundo.
Todo
esto lo creó el Uno.
Si
el Cielo no se purificara por el Uno, estallaría.
Si
la Tierra no cristalizara por Él, temblaría.
Si
los dioses no tuvieran potencia,
no
serían más que piedra.
Si
el Valle no se llenara, se agotaría.
Si
las cosas no hubieran nacido del Uno, se extinguirían.
Si
no fuera Él quien eleva a reyes y príncipes, caerían.
La
raíz de lo noble es lo humilde.
En
la base de lo elevado está lo bajo.
Reyes
y príncipes se llaman a sí mismos:
"Solitario",
"Huérfano", "Nimio".
De
esta manera señalan que su raíz es lo humilde.
¿Acaso
no es así?
Sin
todas las partes componentes no hay carro.
No
desees el brillo resplandeciente de la joya,
sino
la aspereza de la piedra bruta.
(Lao
Tsé, traducción de R. Wilhelm)
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