jueves, 4 de febrero de 2016

TAO TE KING - 39

TAO TE KING - XXXIX

De los que alcanzaron el Uno.

El Cielo alcanzó el Uno, purificándose.
La Tierra alcanzó el Uno, y cristalizó.
Los Dioses alcanzaron el Uno, y se hicieron poderosos.
El Valle alcanzó el Uno, y se llenó.
Todas las cosas alcanzaron el Uno, y nacieron.
Los reyes y príncipes alcanzaron el Uno,
y se convirtieron en modelos para el mundo.
Todo esto lo creó el Uno.
Si el Cielo no se purificara por el Uno, estallaría.
Si la Tierra no cristalizara por Él, temblaría.
Si los dioses no tuvieran potencia,
no serían más que piedra.
Si el Valle no se llenara, se agotaría.
Si las cosas no hubieran nacido del Uno, se extinguirían.
Si no fuera Él quien eleva a reyes y príncipes, caerían.

La raíz de lo noble es lo humilde.
En la base de lo elevado está lo bajo.

Reyes y príncipes se llaman a sí mismos:
"Solitario", "Huérfano", "Nimio".
De esta manera señalan que su raíz es lo humilde.
¿Acaso no es así?

Sin todas las partes componentes no hay carro.
No desees el brillo resplandeciente de la joya,
sino la aspereza de la piedra bruta.

(Lao Tsé, traducción de R. Wilhelm)


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