TAO TE KING - LII
El
origen del universo
es
la Madre del mundo.
Quien
encuentra a la Madre
para
conocer a los hijos,
quien,
al conocer a los hijos,
retorna
a la Madre,
nunca
correrá peligro.
Quien
cierra la boca
y
obstruye sus puertas, nunca sufrirá penas.
Quien
abre la boca
y se empeña en arreglar sus asuntos,
no
tendrá remedio.
Ser
lúcido es ver lo ínfimo.
Conservar
la sabiduría es ser fuerte.
Si
uno usa su luz para regresar a la claridad,
no
corre ningún peligro.
A
esto se le llama el manto de la eternidad.
(Lao
Tsé, traducción de R. Wilhelm)
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