TAO TE KING - LVIII
Quien
gobierna con quietud y discreción,
tiene
súbditos leales y honrados.
Quien
gobierna con dureza y perspicacia,
tiene
súbditos arteros y de poca confianza.
La
desdicha tiene su origen en la dicha.
La
dicha acecha a la desdicha.
Lo
supremo es no dar órdenes,
¿pero
quién se da cuenta de ello?
De
otro modo, el orden se trueca en arbitrariedad,
lo
bueno, en superstición,
y
los días obcecados
reinan
largamente sobre el pueblo.
El
Sabio es un modelo, mas no coarta,
es
exhaustivo y no hiere,
es
auténtico, pero sin caprichos,
es
brillante y no deslumbra.
(Lao
Tsé, traducción de R. Wilhelm)
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